sábado, 14 de abril de 2012

El Asalto Frustrado


El asalto frustrado

14 de Julio, Mendoza, Diario “ El Libertador ”.
Agencia DYN
Red de prostitución desbaratada.
 Durante esta madrugada, una comisión policial del Gran Buenos Aires ha apresado a un número no detallado de prostitutas  que se encontrarían relacionadas con el tráfico de estupefacientes.  No se descarta que este tipo de organización opere en forma de célula y que lo haga bajo una misma dirección  en otras actividades tales como juego clandestino, lavado de dinero, con ramificaciones y contactos a nivel político.  Interviene el Juez Bucci quien ha solicitado la participación de especialistas.




   Había sido una semana negra, casi de película.  Una vez más, la lluvia.  Callecitas de Buenos Aires...  reza la bendita canción.   El conductor detiene el vehículo a metros del cajero automático.  El agua no es la única dificultad.  Se acaba de estrenar “el corralito”, invento nacional de apropiación ilegítima de fondos privados.  Lluvia y más lluvia. Prolonga la espera para que la prolongada fila se reduzca, no percibe que alguien lo está observando.
   Finalmente, se decide: desafiará a la lluvia. Baja del automóvil. La última persona en utilizar el cajero le deja el espacio libre.  Opera y maldice por lo bajo.          Logra parcialmente su objetivo, no puede retirar más dinero por las restricciones de efectivo que impusieron las últimas medidas económicas: doscientos pesos por semana, con un máximo de mil mensuales.  Se dice que en los países modernos los sistemas están “bancarizados”  y que los pagos de las compras se realizan por medios electrónicos.  “Cómo si la mayor utilización de la tarjeta de débito pudiera acercarnos a los países del primer mundo”, piensa.  Deja el lugar, molesto.  La presión de su enojo se traslada al acelerador. Circula por la calle Alvear sin tomar en cuenta el riesgo que provoca  la velocidad sobre un piso tan mojado. Especula con ir a otro cajero u operar otra tarjeta; el efectivo no le resulta suficiente para afrontar los gastos que le demandará su futuro viaje.
    Alvear y Arana: semáforo en amarillo. La lluvia persiste. Observa por el espejo retrovisor para asegurar el frenado. Un Peugeot lo sigue de cerca, no frena; el vehículo lo acompaña en el giro.
Acelera. El segundo auto, también.  Su instinto le indica que algo malo puede suceder.  Abre la guantera y saca el arma reglamentaria: una Browing nueve milímetros, la coloca debajo de su asiento, ocultándola. Hace lo mismo con sus identificaciones  personales.  Si por algún motivo son cacos y se dan cuenta de su profesión, es hombre muerto.  Saca de la cintura su segunda arma, la preferida, una Taurus nueve milímetros, en ésta sí confía: 14 proyectiles más uno en recámara.

    Acelera un poco más, gira casi en el aire para tomar Camino de Cintura. El otro automóvil,  haciendo la misma maniobra, se le adelanta y lo cruza obligándolo a frenar sobre la banquina, no llega a detenerse del todo, fuerza la reversa; suelta el embrague y acelera violentamente; retrocede sin mirar atrás.  Logra evadirlos momentáneamente.  No se dan por vencidos.  Por suerte durante el retroceso sólo encuentra latas y ramas en esta parte de su recorrido, frena, vuelve a acelerar.  No logra la velocidad suficiente y lo impactan desde atrás haciéndole perder el control.  Vuelve a irse sobre la banquina pero ya no puede maniobrar.  El otro auto logra detenerse quince metros más adelante.   Bajan dos individuos armados  apuntándolo.  No lo duda un instante, dispara y hiere en la pierna a uno de ellos.  Le responden.  Los disparos también llueven.  Se agotan los cargadores…

   Instantes eternos.  Multitudes solitarias. Observo a mí alrededor, la rutina continúa.  Nadie se detiene, ni se involucra.  El tránsito mantiene su ritmo, pareciera que la lluvia ha instalado cortinas divisorias.  Alguien corre sobre la vereda más próxima, ¿intentará llamar a la policía?, ¡¿a la policía!? Pero... ¿qué espero?, ¿acaso no sé cómo son estas cosas?  Apunto mi vista en  quien me enfrenta. Un instante; un siglo.  Nuestras miradas se miden. Giro, un hilo de sangre.  Corro.  Ellos, también. Se meten en el auto y huyen.

¿Qué falló?  Si todo estaba previsto...  Un susto, nada más.  Llueve, ¿todo el mundo está armado?, ¿o, será que.....?,  Todo sigue igual.  Casi una foto, un retrato.  La sensación de peligro, ¿hace detener el tiempo?  ¿Qué hacemos con el Larva? No importa, seguro que el polaco se encarga. Él tiene respuesta y soluciones para todo, por algo es el Capo.

6 comentarios:

  1. Que velocidad que tiene este texto!!!!!
    se siente vértigo, se acelera la lectura porque el texto así lo exige!
    tremendo! espero con ansias la continuación.
    SALUDOS

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    1. Gracias Escarcha!!! Esperamos que continúes la lectura de manera tan entusiasta como hasta ahora!!! Saludos

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  2. Gracias Escarcha...!!! Las entregas van a ser semanales, los viernes o sábados. Espero que te siga atrapando...!!!

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  3. Que bueno Osvaldo!! Espero ansiosa la continuación

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  4. Excelente presentación. ¡¡¡Felicitaciones a los dos!!! No he leído aún el primer capítulo, cuando lo haga comento.

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    1. Gracias Miriam!!! Ya está subida, disfrutala nomás y regalanos tu comentario.Mil gracias a vos por venirte desde La Plata a la presentación!!! Un cariño

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