jueves, 13 de diciembre de 2012

Tiempo Después






Varado en el aeropuerto de San Pablo,  Luca rogaba por un mejoramiento climático que le permitiera abordar el vuelo y, de esta manera, poder llegar a tiempo para acompañar a Valentino a su primer día de clases.
Llamó a Claudia inmediatamente después que anunciaran el embarque:

-Clau, estamos por embarcar, no voy a  llegar para acompañarlos, llevalo vos.  Espero estar a tiempo para que podamos ir a buscarlo cuando salga.  Te extraño, te amo mucho. Nos vemos pronto…

Una profunda angustia anudó su garganta. Hacia dos meses que recorría America cumpliendo un programa de conferencias y exposiciones universitarias.  Extrañaba a Claudia y no soportaba ver niños, en todos los varones se le representaba Valentino…
Impaciente, controlaba su reloj, el tiempo no transcurría con la velocidad que el deseaba.  Comparaba la eternidad de las últimas horas y la velocidad de los últimos cinco años sin llegar a comprender porque en ciertas ocasiones las horas corren y, en otras, se deslizan angustiosamente.
Se cuestionaba dos situaciones que mantenía pendientes: El no haber formalizado la relación con Claudia y  no haberle dicho  a Valentino que ellos no eran sus padres naturales.  Volvía convencido que debía  remediar ambas de inmediato: Le propondría matrimonio a su pareja y, luego, buscarían la manera más adecuada  para decirles a Valentino lo que habían callado hasta ahora.
Repasaba mentalmente las facciones de su hijo sin explicarse como, sin compartir la genética; pudiera tener tantos rasgos comunes a su esposa y a el. 
El aviso de aterrizaje lo relajó, no pensaría más.  Había llegado la hora de actuar.
Ya en Ezeiza, se sintió satisfecho. Tenía suficiente tiempo como para llegar a su añorado hogar, darle un beso a su mujer, un prolongado abrazo  y, quizás; algo más… Luego, ya lo visualizaba, irían tomados de la mano a buscar a Valentino.
Llamó, sin éxito, a Claudia para anunciarle su llegada.  No respondía… Quizá estuviera con Valen todavía en el colegio.  Volvería a intentarlo desde el taxi.
Nuevamente se escuchaba la llamada, pero no había respuesta…
Al llegar bajó rápidamente, dejó el equipaje en la vereda y se dirigió pronto hacia la casa.  Jack lo recibió de manera extraña, no movía la cola, lloraba como si estuviera lastimado. Al intentar acariciarlo notó sangre en su pelo… No había herida… corrió hacia la puerta, estaba abierta.
La imagen que apareció lo inmovilizó: Claudia estaba tirada sobre el piso en medio de un charco de sangre. La imagen se desdibujaba, fueron cinco segundos donde estuvo a punto de perder la conciencia.  La escena fue tan impactante que tardó en darse cuenta que tenía puesto un vestido de novia y que, quizá, todavía pudiera hacer algo por ella…

miércoles, 12 de diciembre de 2012

viernes, 7 de diciembre de 2012

Una nueva vida




Después de tanta angustia acumulada la llegada a Buenos Aires ofició de bálsamo para sus vidas.
El desafío era enorme pero bien valía la pena. Luca y Claudia tenían la certeza que ese era su momento. Ya no había tiempo que perder. Cuando se descubre que es imposible pasar un día más alejado de ese ser que tanto se ama, uno quiere empezar lo antes posible.
Y así lo hicieron. Llegaron a Buenos Aires después de 18 horas de viaje. Aún recordaban con emoción el encuentro, luego de su acelerado regreso, entre el padre Agustín y su hija Morena.
La joven estaba emocionalmente devastada, pero el tiempo y el amor de su padre serían suficientes para sanar sus heridas.
La imagen de ambos abrazados entre las sombras del atardecer misionero quedó fija en la mente de Claudia. La promesa de volverse a encontrar fue el mejor regalo de despedida.
La mañana en que ingresaron a la nueva casa, Luca supo que aquel paso era el comienzo de un maravilloso camino hacia la plenitud.
Claudia cargaba a Valentino en los brazos y recorría los cuartos con las pupilas que titilaban como dos fulgurantes estrellas. Todo este disfrute la hacía olvidar, al menos temporalmente, la serie de amenazas que había recibido y que, aún; no había comentado a su pareja.  Esperaría el momento oportuno.
Demoraron tan sólo un par de semanas en acondicionar el nuevo hogar.
Carla en un gesto de eterno agradecimiento los había puesto en contacto con los antiguos dueños. Amplios ventanales dejaban atravesar con generosidad los cálidos rayos de sol. Todo era luz en aquel lugar. La maravillosa luz que tanto necesitaban para olvidar las dolorosas tinieblas que habían atravesado.
Cuando Luca acomodó el último trasto, el corazón le dio un vuelco. Los ojos se le humedecieron y unas delatoras lágrimas surcaron sus mejillas.
Ahí estaban, su mujer y su hijo. Claudia sentada en su mecedora favorita, acunaba al bebé mientras le susurraba una canción de cuna.
“Quiero que te duermas como un sol, que se acuesta en un campo de trigo…”
Perplejo, observaba aquella escena y sentía que el alma se le escurría en cada palabra. Comprendió que aquel era su lugar en el mundo, que no necesitaba nada más. Que seguramente llegarían momentos de plenitud y otros de incertidumbre y coraje. Pero también sabía que Claudia estaba junto a él y que juntos podían superar todos los obstáculos.
Se acercó despacio y se arrodilló a los pies de su familia. Claudia sin dejar de mecer al niño estiró la mano y acarició la mejilla de su hombre. Sonrieron.
Entonces él se acercó a su rostro y le besó los labios con ternura.
-No va a ser fácil… -le dijo con voz traviesa.
Ella frunció el ceño y con picardía respondió:
-Nada fácil. Además te corresponde sacar a pasear  a Jack todas las noches.
Luca abrió los brazos de par en par y exclamó:
-¿Jack?
Claudia lanzó una carcajada que estuvo a punto de despertar a su hijo.
-¡Cierto! Olvidé comentarte que Carla le va a obsequiar a Valentino un cachorro precioso. De hecho llega esta tarde.
Se miraron por un breve instante. Claudia lo besó con pasión. Fue cuando Luca comprendió con infinito placer que había perdido el primer round.







viernes, 30 de noviembre de 2012

La Organización





A kilómetros de distancia Claudia sintió el mismo escalofrío que recorrió la nuca de su pareja.  Los motivos, bien diferentes: Ella había recibido una fuerte amenaza anónima, él había visto entrar al médico que comenzó a increparlo fuertemente:

-Así que vos sos el “porteño” piola que anda metiendo las narices donde no corresponde. ¡Ya vas a ver con quien te metiste!
Por lo pronto ¡Te advierto! Tu vida depende de que nos sirvas y te garches a estas pendejas todas las veces que sea necesario.  Caso contrario, te espera el mismo destino que el de los bebés…

Entre aturdido y abombado por el  estupor nauseabundo del lugar, Luca comprendía que su vida transcurría por un sendero que se estrechaba segundo a segundo.
Estaba encerrado allí en el subsuelo, en una prisión construida sobre una esquina de paredes de tierra rojiza y  rejas improvisadas con troncos; un pequeño catre, una jarra plástica para agua, una palangana para las necesidades fisiológicas, escasa luz artificial, y muy poca entrada de aire.  En ese sitio no era posible  saber en que hora ni en que día vivía…
Mientras las frases amenazantes continuaban, Luca recorría con su mirada la celda en busca de algún punto frágil o elementos que le sirvieran para iniciar una próxima fuga.
Al quedar solo nuevamente se siente profundamente abatido y se deja caer sobre el catre. Uno de sus brazos cuelga de uno de los laterales. Dibuja surcos sobre la tierra rojiza con sus dedos hasta que nota una textura diferente: parte del suelo era muy conciso; algo así como de piedra, no lo podía distinguir muy bien.  Tomó su media medalla y comenzó a frotarla con la esperanza de poder convertirla en un objeto cortante.
Pasaban largas horas sin vigilancia, fue allí donde Luca pudo saber que una de las prisioneras era Morena a la que no había podido reconocer por lo pálida y demacrada. También se enteraba de los pormenores de la organización.  Las chicas eran capturadas en los centros asistenciales, las dormían y por la noche las trasladaban a la guarida.  Pudo saber, por lo que habían escuchado las prisioneras, que las entregas se realizaban vía triple frontera y que, de allí, se derivaban a importantes laboratorios europeos para fabricar cremas rejuvenecedoras.
Procuró mostrarles como fingir un ataque de epilepsia en caso de que, tal como se lo habían anunciado, las introdujeran en su celda para forzarlas a tener relaciones. Sus fuerzas menguaban por el escaso alimento y bebida.  De pronto sintió ruido, vio ingresar a la enfermera que se dirigió directo a sacar  a una de las chicas de su encierro y a introducirla, de los pelos, en la celda de Luca.

-Tomá te la dejo hasta que vuelva mañana, cumplí con lo tuyo…

Sólo atino a repasar hasta el cansancio la escena que había planeado  con su compañera.  Les iba la vida en ella.  El momento no llegaba nunca y el investigador sabía que, si quería tener alguna oportunidad, tendría que actuar rápido.
Al día siguiente Estela regresó trayendo algo de alimento y líquido.  Luca repasó el borde de su arma con la yema de su dedo, percibió el filo, estiró su brazo y alcanzó a tomar del cabello a  la enfermera que pasaba rumbo a la celda de Morena.  Antes que la cautiva atinara a  nada la sujetó con un brazo tomándola del cuello y presionándola contra los troncos de la prisión, con el otro le cortaba la yugular con su afilada herramienta.
La mujer gritó y se sacudió en forma desesperada pero no pudo zafar del abrazo mortal que también la estaba asfixiando, se desvaneció en pocos segundos. Luca la desplazó hacia el piso, le sacó el llavero y abrió los candados de su prisión y las de sus compañeras de cautiverio.
Llamó a Morena, le pidió que saliera al exterior y que lo esperara allí.  Una de las chicas había comenzado a dar señales de haber iniciado el proceso de parto, no estaba en condiciones de movilizarse.  Luca tomó su mano, le prometió conseguir ayuda prontamente y la despidió con un beso en la mejilla.
A pesar de sus intenciones, no pudo organizar un escape grupal.  Una vez afuera las chicas  se dispersaron desesperadamente en busca de esa libertad que habían perdido, solo Morena estaba allí, a su lado, temblando.
Caminaron sin saber exactamente por donde, no había forma de tomar referencias en una zona de vegetación tan alta y pronunciada.  No importaba, por ahora era suficiente con estar fuera de las garras de semejantes seres diabólicos.
Dos días después, casi al borde de sus fuerzas, encontraron una calle. La seguirían, seguramente los llevaría a algún poblado.  Por una vez la suerte los acompaño: un viejo camión desvencijado que transportaba troncos se aproximaba, el lugareño respondió a el pedido de auxilio y los trasladó hasta el poblado donde Claudia, preocupada por la falta de comunicación de Ferranti,  ya se encontraba con un móvil policial organizando la búsqueda de su amado. El reencuentro fue maravilloso.
A pesar de su estado, Luca acompaño a la policía.  Fueron de inmediato a apresar al médico y en rescate de la adolescente que había quedado en el refugio. 
El lugar lucia aterrador: La enfermera envuelta en un charco de sangre, la parturienta había fallecido, seguramente poco después de dar a luz.  Aunque con alguna dificultad, el bebé aún respiraba. Luca lo alzó, lo abrigó con algunos trapos, e inconscientemente buscó emular el milagro de la Difunta Correa.
Nuevamente en el poblado se unió a Claudia en la búsqueda de una madre nodriza que pudiera amamantarlo.  Seguramente  sería un huérfano más que engrosaría la fila de los descalzos del poblado, Claudia y Luca  no podían permitirlo.  Estaban allí mirándolo alimentarse, lo veían indefenso ¿cómo no protegerlo?  Ni siquiera fue necesario que lo conversaran, una mirada cómplice fue suficiente para acordar que sería suyo.  Luego coincidirían también en la elección del nombre: lo llamarían Valentino.
La posibilidad de acceder a una vida con otras aspiraciones y el hecho de no pertenecer a ninguna relación formal fue suficiente para que los familiares accedieran a cederlo.

viernes, 23 de noviembre de 2012

EL HORROR




Regresa al lugar, sabe que se ha internado por la zona exacta. Tendrá que valerse de toda su astucia para  volver a transitar el camino hecho el día anterior. Hay indicios que sólo un ojo entrenado sabe ver. Vegetación quebrada, ausencia de musgo. Evidentemente, el primer tramo, es una vía muy usada, más adelante logra distinguir alguno de los montículos que acumuló con el arrastre de su pie.
Finaliza el recorrido al llegar a un pequeño claro. Eleva la mirada hacia el estrato emergente, árboles que superan ampliamente los 20 metros, el silencio exacerba un nivel de ansiedad que roza el miedo. Se podría decir que esa parte de la selva se confabula con el instinto macabro del hombre. ¿Qué esconden? ¿Dónde? Camina en círculos. La sonoridad de sus pasos ha cambiado. Regresa. Golpea con el taco, tratando de que los sonidos sean lo menos evidentes posibles. ¡Hay algo!
Lucas ha llegado al punto que buscaba.
Le tiemblan las manos, hace mucho tiempo que no siente vértigo en el estómago, encuentra una tapa. Un ave parlante emite un aullido agudo como lanzando una señal de alerta y sin levantar la mirada de su objetivo levanta la tapa descubriendo la entrada a los secretos, que esconden los médicos, en franca alianza con la naturaleza.
La escalera es precaria pero baja con paso seguro, no es momento para titubeos.
Intenta acostumbrar los ojos a la oscuridad, el vaho a humedad, cuerpos sucios y algo similar a desinfectante lo bloquea, son segundos, intenta analizar los olores pero un golpe certero, lo deja inconsciente.
Cuando despierta el dolor en la base del cráneo es agudo pero se disipa a medida que comprende el horror que se abre paso. Hay nueve mujeres, casi niñas, prisioneras en cinco jaulas precarias de dos por uno, y que cuentan con una cama y dos recipientes, uno para higienizarse y otro para sus necesidades fisiológicas. Los rostros son vivas imágenes del tormento por el que están atravesando, sus cuerpos hablan claramente de la usurpación, el terror ha tomado hasta sus entrañas.
Hacia la derecha, perfectamente iluminada y con la asepsia necesaria, una camilla para partos, más adelante otra área de cirugías que imagina que podría ser para cesáreas o exámenes obstétricos. Los sendos frascos a los costados lo confunden. Su capacidad analítica no comprende los márgenes del horror.
A medida que pasa el tiempo, puede establecer una comunicación con las chicas que están con cierto nivel de lucidez (hay algunas sumergidas en un grado crónico de depresión, han dejado de alimentarse y hacen caso omiso de los médicos que entran llevando los alimentos, con las caras tapadas, y las obligan a ingerir pastillas que luego sabrá: son hormonas).
Son fecundadas con métodos de inseminación artificial, se las controla durante los nueve meses y cuando el desarrollo del feto está completo las obligan a parir para que dichos seres pasen inmediatamente a la sala contigua. El llanto que escuchan dura lo que demora inyectarlos para que queden en estado comatoso y puedan abrirlos con calma y extraer los órganos que tendrá como fin, abastecer un mercado negro.
Se lo cuentan temblando, llorando desarmadas en un confuso deseo por sobrevivir o morir defendiendo a sus niños que no tienen la mínima oportunidad. Delante de ellas son sacrificados, tratados como meros animales. Las imagina gritando con los brazos extendidos, clamando unos segundos para poder besarlos. La droga que las deja somnolientas y dóciles es administrada luego de la expulsión de la placenta, por lo tanto hay tiempo suficiente para ver el hecho luctuoso en el cuerpo de sus hijos. No logra escuchar la historia con objetividad. Se entremezclan sentimientos, llorar junto a ellas es inevitable.

A prepararse...

Hoy Escarcha nos regalará uno de los capítulos más terribles de esta saga. Algunas recomendaciones para superarlo saludablemente:

  • Almuerce frugalmente
  • Realice una pequeña siesta previendo que esta noche el sueño pueda demorarse...
  • Luego del descanso prepárese y beba una poción generosa de té de tilo 
Siguiendo estos consejos puede prepararse a la lectura del capítulo.  La edición está prevista para el día de hoy, al inicio de sus penumbras...



                                                                                              Peregrino

viernes, 16 de noviembre de 2012

La punta






No hay mucho para hacer en el poblado, los días transcurren en soledad y  la ansiedad de Luca comienza a  transformase en angustia.  No puede soportar la falta de novedades, duda sobre la posibilidad de establecer una conexión entre la estrategia de su búsqueda y la desaparición de Morena. Además, extraña profundamente a Claudia.  Decide, al fin, que al día siguiente regresará a Buenos Aires.  Se siente fracasado.
Dispuesto a armar su valija, observa que le han pasado un papel por debajo de la puerta; lo levanta esperanzado. Con esfuerzo logra descifrar los números garabateados de un celular, llama inmediatamente:

-Hola, me han dejado este número escrito en un papel…
-Sí, ¿usté le anda buscando un bebé…?
Responde abiertamente una voz femenina con claro acento guaraní.
-Sí, mi esposa y yo…
-Veme en el centro asistencial dentro de una hora, preguntá por la Estela.
Sin más, la mujer cortó la comunicación.
Luca siente acelerar su corazón, la perspectiva se modifica de inmediato.  Se prepara para el encuentro, cuenta los minutos.  Parte, esperanzado, hacia el centro asistencial.
Al llegar se hace evidente que lo estaban esperando, ni siquiera precisa preguntar por Estela. Lo recibe una mujer adulta, de gran porte, luce desalineada, huele mal.  Lo hace pasar a una pequeña habitación y lo increpa con el mismo acento lingüístico:

-¿Tené alguna preferencia de edad o sexo…?
-Bueno, no; en realidad preferiríamos un varoncito de poco tiempo…
-Bueno, eso te va a costar…
-Sí, esta bien, digame cuanto y cuando podríamos conseguirlo.
-Te va a costar unos diez mil pesos…
-Está bien, es un valor que podemos pagar…
-Bueno, esperame unos días

Luca procura abreviar los tiempos:

-Es que no puedo quedarme, tengo que seguir trabajando…
-Tu bebé no nació todavía, ya le hablamo a la madre y está dispuesta a entregarlo, yo te llamo cuando tengamos noticia.

Ya había sido suficiente, el hecho de que el bebe no haya sido dado a luz imponía la espera.  Regresó a la pensión y le pasó las novedades a  Claudia.  Le contó que le haría un seguimiento a Estela y que luego volvería.  Claudia se mostraba impaciente, insistía en viajar y acompañarlo.   Acordaron que el regreso hacia Buenos Aires no demoraría más de cuarenta y ocho horas.
Luca monta guardia y espera pacientemente la salida de Estela, los minutos se hacen horas y, casi al final del día, se produce lo deseado.  Ella sale y utiliza una bicicleta para movilizarse, la tarea se hace difícil porque no es fácil ocultar un auto donde no circula ninguno.   
Luca mantiene la mayor distancia posible, pero en medio de tanta soledad, no podrá mantener esta situación por mucho tiempo.  Al salir del poblado abandona el auto sobre el costado del camino, lo interna todo lo posible  en la vegetación y se dispone a poner a prueba su estado físico.  La sigue alternando un pequeño trote y una caminata para recuperarse.  
Estela recorre unos pocos kilómetros y llega  un punto donde deja abandonada la bicicleta,  continúa a pie internándose en una zona de vegetación cerrada.
Al llegar al punto Luca nota un pequeño sendero y puede visualizar, a la distancia, a su objetivo.  Continúa concentrándose en él pero la poca luz solar que se filtra por los altos árboles del lugar, lo hacen más difícil.  Comienza a preocuparse, el camino se desdibuja y va perdiendo de vista a su presa, decide continuar unos pocos metros más. Precisa tener alguna referencia para poder regresar por eso va dejando marcas de montículos de tierra y vegetación que acumula con un simple arrastre de su pie.  Nota un zigzagueo y un leve crujido de hojas. Se detiene abruptamente mientras una temida yarará se cruza en su camino.
La distracción le hizo perder el objetivo, no puede continuar en estas condiciones, regresará al día siguiente con plena luz del día.  Se detiene, respira profundamente y espera.  La claridad es cada vez más escasa en ese microambiente de sotobosque donde crecen arbustos, cañas, helechos y plantas herbáceas.   Aparece un animal que parece un perro-lobo, lo evita desplazándose lentamente por un lateral.  Llega al camino, respira aliviado…

sábado, 10 de noviembre de 2012

En Camino

Los invito a compartir un instante de la soledad de Luca en su camino de regreso a Misiones...

jueves, 8 de noviembre de 2012

Orientando la Búsqueda




Luca inicia su trabajo inmediatamente después de la conversación con el Padre Agustín. Comienza pidiéndole a Carla que concurra al centro de salud, simulando un malestar, para hacerse ver.  Le entrega el frasco de medicamentos que había pedido y le indica que concurra con el objetivo de procurar las huellas digitales del médico que la atienda. Le  sugiere no tomar líquidos por algunas horas y tratar de estar despierta la noche anterior a efectos de lucir como alguien realmente afectado.
En tanto, Claudia proyecta una nueva vida y dialoga prolongadamente con su amado mientras recorren de la mano las calles de la villa. Perciben la paz del lugar y el sonido de los silencios, el paisaje recrea un ambiente que los contiene y ampara aislándolos en soledad, en esa soledad que buscan para sí: solo los dos.
Acuerdan convivir e instalarse  en el departamento de ella.  Luca se tomará una licencia temporaria para dedicarse a la investigación y, a su regreso, se dedicarán a disfrutar de la vida en pareja.
Carla realiza su trabajo con éxito, deciden entonces volver pronto a Buenos Aires; enviar a analizar las huellas obtenidas y planificar adecuadamente el resto del trabajo. 
El viaje de regreso fue otra etapa placentera, Luca manejó todo el trayecto y Claudia lo acompañó feliz de poder recostar su cabeza sobre el hombro de su ser querido.
Se sienten plenos,  ambos no pueden creer lo que están viviendo. Claudia prepara una cena romántica y, a la hora de los postres, le regala una media medalla de plata sin saber el rol que desempeñará este presente en la vida de su amado.
Se complementan perfectamente y disfrutan cada instante, pero llega el momento de continuar con la tarea.  Luca no quiere exponer innecesariamente a Claudia, después de un complicado  proceso de convencimiento logra  que se quede en Bs. As. para ser su apoyo, con el compromiso de que su regreso no demorará más de una semana.
Recurre a sus contactos para realizar la pericia del frasco, los resultados no lo sorprenden: Las huellas pertenecen a Darío Mendez, médico cirujano al que se le había cancelado la matrícula por mala praxis… 
Camino a cumplir con el objetivo hace un alto y visita a Gerez.  No le resulta fácil afrontar la situación pero, luego de una prolongada conversación,  logra hacerse comprender. 
El regreso al poblado es acompañado de una copiosa lluvia que enrojece aún más el suelo.  Luca luce diferente: Con  algunas canas que lo hacen lucir algo más adulto, lentes y un par de zapatos modificados que provocan una suave renguera artificial.  Se registra en la pensión con un nombre falso y en conversación con el dueño confirma que el médico del centro asistencial trabaja allí bajo una identidad falsa: lo conocen por Martín Pérez.  Aprovecha el diálogo para comenzar a sembrar su cebo: De paso por el lugar está interesado en saber si existe alguna familia dispuesta a ceder un bebé ya que su esposa y él están buscando adoptar. 
Bajo la imagen de un falso visitador médico, llega al centro asistencial bajo la excusa de dejar muestras del laboratorio que representa. 
Logra acceder al médico sospechado, sin saber exactamente porque, la imagen lo impacta y percibe un extraño escalofrío al verlo. Evita exteriorizar cualquier señal y comienza la presentación procurando limitar la charla técnica y derivarla rápidamente a la búsqueda de algún bebe para adoptar, su interlocutor dice desconocer esta posibilidad y la conversación continúa con  la situación de pobreza  y las carencias de infraestructura que tiene el lugar.  Luca finaliza con el comentario de que permanecerá algunos días en el pueblo para seguir averiguando la posibilidad de adoptar un bebé.
A la espera de alguna noticia vuelve a recorrer las inmediaciones.  Esta vez todo luce distinto.  Lo golpean la pobreza y las carencias de las personas, sobre todo la de los chiquillos que, generalmente descalzos, parecen mayormente desnutridos, se pregunta si esta no es una forma cruel de discriminación. 
Transcurren dos días entre el tedio y la ansiedad, luego de conversar sobre su búsqueda con varios parroquianos empieza a preocuparse por la falta de resultados.  Comienza a sentirse abatido, a dudar sobre la efectividad de lo planeado…

viernes, 2 de noviembre de 2012

Comienza la investigación




Carla, Claudia y Luca escuchaban atentos las palabras del Padre Agustín:

-Fue un amor intenso, profundo… Ella era muy blanca de  ojos azabaches  y cabello negro, con ese acento güaraní que acentuaba su sensualidad… Ya había decidido dejar el sacerdocio cuando llegó otro traslado que me alejó un tiempo…

El rostro de Agustín reflejaba su angustia, en tanto la hermana lo tomaba de la mano y Claudia hacía lo mismo con Luca.


-No le había confesado mi decisión…, quizá demoré demasiado y ella solo pensó que fue una relación fugaz… Volví al año decidido a comenzar otra vida y me encontré con que había fallecido… Me dijeron que había sido un cáncer fulminante.  Años después su hermana me confesaría que había muerto al dar a luz a nuestra hija; que le había pedido mantener el secreto y darla en adopción pero que ya no podía cargar más con semejante peso…

El relato fue interrumpido por el llanto y sentido abrazo que entrelazó a los hermanos.  La penumbra, el silencio y la humildad de la capilla  le daban un toque adicional a la mística que reinaba en el ambiente.
En tanto, entre aturdida y absorta, Claudia no podía dejar de mirar el Cristo. Una figura casi perfecta en la que su creador, mediante un elaborado  tallado en madera, lograba expresar la pena y el dolor de la crucifixión. Tenía que hacer un gran esfuerzo por continuar concentrada en las palabras de Agustín.

-Cuando lo supe Morena tenía diez años, ya había aceptado a sus padres como los naturales. Que más podía hacer yo que cuidarla, protegerla y amarla en silencio…

-Y… Padre, usted me había comentado que tenía cierta información…

-Sí Ferranti, yo ya me había interesado por algunos casos de desapariciones que se venían dando en adolescentes en este pueblo y en algunos aledaños… Esto comenzó hace unos tres años, hay denuncias hechas pero ningún avance.  Lo que pude determinar es que hay un factor común en todos ellos: El centro de salud.  De hecho, mi hija se había hecho ver la noche anterior por un dolor abdominal…

-Bien, por favor, preciso que me de fotos de Morena y me deje por escrito  lo que sepa; con todos los nombres y apellidos ó apodos de posibles sospechosos.  También necesito que me consiga un frasco de algún medicamento para la cefalea o para el estómago, pero recuerde; tiene que ser un envase de vidrio…

-Como Usted diga Ferranti, le agradezco mucho.

Las mujeres se apartaron momentáneamente,  Agustín y Luca continuaron conversando sobre otros detalles de la investigación.
Claudia comenzaba a preguntarse que derivaciones podría tener la investigación y como continuaría su relación con Luca…

viernes, 26 de octubre de 2012

Por Asalto




La noche había caído sobre la posada. El cielo estrellado semejaba un bello mural coloreado por las manos maestras de un talentoso pintor.
Acodada en la ventana de la habitación, Claudia no podía dejar de pensar en Luca. Los sentimientos encontrados disputaban una batalla que le minaba el corazón. La desaparición de la joven misionera la había regresado al infierno, pero la posibilidad de tentar a Luca con la investigación y el hecho de lograr una nueva oportunidad con él, no la dejaban indiferente.
Comenzó a divagar por el cuarto y decidió aguzar el oído con la intención de escuchar la actividad que se desarrollaba en la habitación contigua.
De pronto todos sus músculos se tensaron. Una vieja canción sonó al otro lado de la pared. La voz sensual de Ella Fitzgerald entonando Summertime la dejó sin aliento.
Él aún estaba despierto. Todo su cuerpo lo intuía. Un arrebato salvaje se apoderó de sus entrañas.
Decidió que aquel era el momento. Se cubrió con una manta y salió al pasillo.
Se detuvo frente a la puerta de Luca e inspiró profundamente. Golpeó dos veces y esperó.
El rostro adormilado de Luca se asomó por la rendija. La miró extrañado.
-¿Pasa algo? –balbuceó con voz ronca.
Claudia empujó la puerta y sin más lo besó en los labios. Él respondió sin titubear. Las manos hurgaban los sitios que tantas veces habían deseado. Demasiado tiempo de caricias contenidas y sabores no testeados.
Ella sentía que no podía detenerse. Lo despojó de la remera y lo arrojó sobre la cama. Enlazados en un desenfrenado abrazo, ambos rodaron sobre las sábanas.
Maravillado por la suavidad de la piel de aquella mujer, Luca supo que ya no había retorno. Comprendió que la única que vez que habían estado juntos, no había sido producto de una cuestión exclusivamente visceral.
La amaba. No podía permitirse seguir escondiendo ese sentimiento. Su pasado con Gerez era un asunto terminado. Toda esa oscuridad debía quedar atrás.
Él era el artífice de su propio destino y estaba decidido a llevarlo a cabo.
Presentía que Claudia era la mujer que la vida le estaba obsequiando.
Se miraron a los ojos y no fue necesario decir nada. Como los sobrevivientes de una tenebrosa catástrofe, se aferraron entre sí y dejaron que las emociones fluyeran plenas y desbordantes.
Se consumieron en un laberinto de frenética pasión.
El amanecer los encontró abrazados. Luca dormía plácidamente sobre el pecho de Claudia. Ella disfrutaba con los haces de luz solar que iluminaban el cabello de su hombre.
Estaba radiante. Sonrió. Ya no quedaba nada de la mujer trémula que vivía mortificada ante sus propias cavilaciones.

                                                                    Bee Borjas

viernes, 19 de octubre de 2012

Por la revancha



El paisaje se desplazaba al ritmo de una película en cámara rápida.  Carla conducía y elucubraba la mejor manera de poder dialogar con Claudia que mantenía la vista clavada hacía el exterior en clara actitud evasiva.
Hicieron noche en Corrientes, durante la cena lograron intercambiar algunas palabras sin sentido, pero al fin parecía  despuntar la posibilidad de iniciar una comunicación.
Al día siguiente, rumbo a Oberá, Claudia pidió conducir; su compañera dudó en cederle el volante pero entendió rápidamente que no tenía forma de justificar racionalmente una negativa y que ello solo empeoraría la situación. Ante su sorpresa, Claudia comenzó un dialogo.  Indudablemente la acción de manejar estaba jugando a favor, o bien, había comenzado a dar resultado el paseo:
-Lo que no logro asumir ni comprender es la actitud de Luca…
-Pero ¿vos intentase volver a hablar con él?
-Lo llamé varías veces, en dos oportunidades me atendió Gerez y me dijo que le iba a decir que se comunicara conmigo, en otras dejé mensajes en el contestador; jamás me respondió.
- ¿Y si le pasó algo…?
-Tengo conocidos que están cursando con él en la Facu…
-Bueno nena, entonces buscate otro; ¡viví tu vida, hace la tuya…!
-Es que no puedo, creéme, lo amo. Es mi vida…
-El “no puedo” es solo un condicionamiento mental.  Tu vida es TU VIDA, te tenes que recuperar…
-No sé, te aseguro que traté y una mil veces…
Fue suficiente para comenzar a hacer más placentero y distendido el viaje.  Ahora ese contraste de tierra teñida por hierro y la inmensidad de un follaje cada vez más cerrado podrían disfrutarse  mejor.
-Y decime Carla ¿a qué vamos a Misiones?
-¿Te suena Agustín?
-¡Obvio; tu hermano el cura! ¡Años que no lo veo! ¿Está allí ahora?
-Estuvo hace muchos años en un pueblo muy pequeño del Dpto. de Montecarlo, luego lo trasladaron a Bs. As. Y ahora, hace un año lo destinaron a Oberá.
-Ah, ¿lo vas a visitar?
-Sí, bueno, en realidad respondo a un llamado de él, me pidió que me acercara porque tenía algo importante para comentarme…
Llegaron por la noche, muy tarde; buscaron alojamiento y saltearon la cena, precisaban con urgencia un sueño reparador.
Al día siguiente se dirigieron a la Iglesia.  Claudia lo reconoció enseguida, medía más de un metro noventa y sus ojos azules seguían alumbrando su rostro con la misma intensidad que en sus años jóvenes.
Caminaron por los jardines recordando travesuras de pequeños, compartieron un té en la sacristía y, a punto de despedirse, Carla le pidió que le señalara el motivo de su convocatoria.  Agustín tendía a dilatar y eludir la respuesta.  Claudia percibió inmediatamente que tendría que ir a buscar tréboles de cuatro hojas por algún momento, así que inventó la excusa de llegarse hasta unos comercios cercanos a comprar  artículos regionales.
Claudia evolucionaba bien y el objetivo parecía cumplido, sin embargo, el regreso de Carla parecía indicar que los papeles se habían invertido.  Tenía los ojos irritados, lucía terriblemente demacrada; indudablemente había estado llorando, su amiga se interesó y comenzó a  preguntar de inmediato.  Al principio todo era evasiva, pero la angustia y la insistencia quebraron a Carla y en medio de un llanto comenzó a expresar:
-A mi hermano lo trasladan a Europa…
-Bueno, no lo vas a ver tan seguido pero indudablemente para él será una satisfacción, ¿no?
-No, eso no es todo…
-Bueno, contáme dale; dejame ayudarte así como vos lo hiciste conmigo.
-Pero es que es muy personal…
-Ah bueno ¡si no confías en mí…!
-No, no es eso… Es que… Bueno, sí preciso compartirlo con alguien.  Me contó que en sus inicios en el primer destino en el pueblito de Y Tabaté conoció a una muchacha…, tuvieron una relación de la que nació una bebé: Morena, que ahora tiene dieciséis años…
-Que ¿ser tía es una tragedia…?
-¡Por supuesto que no! ¡Dejame que termine de contarte…! La madre falleció joven y su hija, mi sobrina;  era criada por una familia que la había adoptado. Ella desapareció hace una semana… ¿Te das cuenta…? ¡Toda una desgracia…!!! Mi hermano está desesperado, no tiene forma de cancelar el viaje y lo enloquece no poder continuar con la búsqueda…
-Bueno, pero eso lo podemos hacer nosotras.
-Sí, pero me comentó algo más… No es la única desaparición, se dan algunos casos también en los pueblos vecinos y todas son chicas de edades similares…, puede ser complicado…
-Sí, es más una situación para Luca que para nosotras ¿y si probamos y lo llamamos…?
-Dejame que lo consulte con mi hermano y lo volvemos a conversar…
La respuesta no se hizo esperar, Agustín quería ir a fondo y rápido, suponía que algo malo pudiera pasarle a Morena.  Claudia convenció a su amiga de que debía ser ella quien intentara establecer el contacto.
Así lo hizo, Luca atendió, aceptó y no hizo ningún comentario a la indicación de Carla de que su amiga Claudia estaba allí, con ella…
Claudia no lograba comprender: ¿porqué en el primer intento su amiga había logrado establecer contacto? ¿porqué Luca aceptó de inmediato, aún sabiendo que ella estaba allí, si hasta ahora la había evitado…?
Vendría en dos días en un vuelo directo a Iguazú, lo irían a buscar y regresarían a Oberá para tener un nuevo encuentro con el Padre Agustín.
Grande fue la sorpresa de Claudia cuando, al encontrarse, Luca la recibiera con un cálido abrazo y le cuestionara el no haberlo llamado…
-Pero sí lo hice, te dejé varios mensajes…
-No recibí ninguno, bueno; luego lo charlamos.
Luca y Agustín se reunieron por horas.  Luego cenaron todos juntos, Claudia se preocupaba en mirar su pecho, sospechaba que los fuertes latidos que sentía podrían percibirse desde el exterior…
Había llegado la hora de descansar, mañana ¿mañana?, sería un nuevo día…

viernes, 12 de octubre de 2012

En el Abismo




Lucía ausente, distante; literalmente tirada sobre el sillón preferido de su nuevo departamento, la mirada fija en un viejo letrero de neón.
Tuvo un novio: Siete años de pareja, “remetida” le llamaban por aquella época.  El verlo, de la mano, con la “otra” fue un terrible shock que jamás superó.
Tuvo una familia: Por lo menos empezó a soñar que podría comenzar a disfrutarla a partir de aquella salida a Mendoza, hasta que al regreso, su padre muere asesinado por delincuentes que equivocan la víctima.
Tuvo un hermano al que le pesa más el error cometido que el hecho de estar en la cárcel.
Le queda el cuerpo de su madre y el hacerse cargo de su mente que lucha por volver a encontrar la referencia que la vuelva a ser ella misma. Alguna amiga que evita, para no dar lástima…
Tuvo un nuevo romance que, sin explicación, de pronto quedó en la nada; sin mediar palabras, suspendido, como inerte en una nube de vacío… 
Eran las tres de la mañana de, ya había perdido la cuenta; días y noches sin poder dormir.  Tenía el envase de los sedantes sin abrir, pensaba, que de tomarlos; debería hacerlo de una sola vez…
Se alimentaba poco y mal, había perdido más de siete kilos de los pocos que pesaba.  No soportaba más aquella ropa manchada y olorosa, pero cada vez que intentaba cambiarla volvía a recostarse en el cómodo sillón que la contenía pensando que podría hacerlo más tarde. Para peor, la aparición de un nuevo período solo lograba agregar  malestar.
El televisor permanecía encendido y aún, sin prestarle atención, registraba la acefalía en la que volvía a caer el país una y otra vez; ya había perdido la cuenta de la sucesión de Presidentes.  Como si ese cambio fuera tan solo un juego de poder…
Al igual que  la llama de una fogata, el destello del cartel volvía a atraparla.  Sentía como  toda la energía era absorbida por su mente que no paraba de repasar una y mil veces lo que le había pasado.  Buscaba, inútilmente, alguna explicación. 
El timbre del teléfono la sobresaltó, lo tenía allí, al alcance de su brazo.  Sólo tenía que estirarlo, quizá fuera él… Pero no, tenía suficientes motivos como para suponer que no la llamaría, y entonces ¿quién lo haría? Y ¿Por qué tendría que atender el llamado…?  Continuaba sonando insistentemente,  especialmente sensible por la falta de descanso levantó el tubo para evitar que la siguiera castigando.  En el acto de descolgar escuchó una voz que pudo identificar de inmediato: era de su amiga Carla
- Claudia, atendé por favor… ¡Claudia…!
Automatizada por su estado zombie atendió:
-Sí Carla, decime…
-Hace mucho que no te veo, preciso saber como estás, no podes desaparecer de esta manera.
-Es…, es que estoy muy ocupada…
-No te creo y ¡no te atrevas a cortarme!, a vos te está pasando algo… Mirá prepará un café que ya salgo para tu departamento
-No, ahora…
Carla le ganó cortando la comunicación antes que Claudia se pudiera negar al encuentro.  No le quedaba más alternativa que levantarse, pensó en ducharse, pero lo haría luego; ahora prepararía el café y vería si podría evitar a su amiga, o en todo caso, disponer de ella lo más rápido posible.  No tenía voluntad de charlar con nadie, se preguntaba porque había atendido la llamada…
Otra vez el timbre destruía su calma.  No le quedaba otro remedio que abrir…
-¡Ah, no loca!!! ¡Mirate como estás….!!!
Fue la espontánea exclamación de la visitante.  Claudia, aturdida, no tuvo respuesta; tampoco tenía voluntad de hablar.  A partir de allí no hubo dialogo, solo un prolongado y sermoneado monologo de Carla que se instaló en el departamento decidida a recuperarla.
Baño, pastillas, sueño reparador de por medio y ahora sí, dialogo.  Una muy prolongada charla, catarsis, llanto; una mano amiga y una propuesta que le permitiría  seguir aferrándose a la vida…
- Tengo que viajar a Misiones, venite conmigo; sabes que no soporto el avión. Haceme compañía, vamos tranqui recorriendo pueblitos…

sábado, 29 de septiembre de 2012

Se viene la saga...

En breve vuelven Claudia y Luca, una vez más se verán envueltos en una situación inesperada.  ¿Se concretará el romance...?

sábado, 4 de agosto de 2012

Agradecimiento

Nos encontramos en las letras y lo volvimos a hacer, casualmente, al finalizar este proyecto.  Desde aquí un enorme abrazo y agradecimiento a todos aquellos que nos apoyaron y nos hicieron llegar sus inquietudes.  Comienza una nueva etapa donde esperamos reencontrarlos nuevamente.

viernes, 3 de agosto de 2012

Epílogo:





14 de Julio, Mendoza, Diario “El Libertador ”.
Agencia DYN
Red de prostitución desbaratada.
 Durante esta madrugada, una comisión policial del Gran Buenos Aires ha apresado a un número no detallado de prostitutas  que se encontrarían relacionadas con el tráfico de estupefacientes.  No se descarta que este tipo de organización opere en forma de célula y que lo haga bajo una misma dirección  en otras actividades tales como juego clandestino, lavado de dinero, con ramificaciones y contactos a nivel político.  Interviene el Juez Bucci quien ha solicitado la participación de especialistas.

Luca leía y releía los recortes periodísticos desparramados sobre la mesa, en especial el que había disparado su intervención.  El Juez le había solicitado que fuera por un personaje que había recibido los beneficios de testigo encubierto conocido vulgarmente como “La turca”.
Solo la abundante lluvia que se veía a través del amplio ventanal de su balcón, lograba distraerlo por momentos mientras terminaba su café y el puro que completaban el ritual de caso cerrado.
Volvía a los recortes y retornaba a repasar el caso: La idea de transformar a “La Turca” en Yamila y aplicar la técnica de esconder un elefante en una manada de ellos…  Sin imaginar como derivaría el caso posteriormente.
Otra distracción involuntaria venía del lado del inconciente que lo impulsaba a buscar la solución a la situación que no había podido resolver.  Lo golpeaba el hecho de no haber conocido a su padre, el de haber descubierto, ya adolescente, que su madre mantenía el hogar como acompañante “Escort”… El de convivir con Gerez y añorar a Claudia…
Sólo el trabajo lo podría absorber lo suficiente como para que el inconciente no lo lastimara, por eso dejó ese recorte y se concentró en otro que daba cuenta de una situación de desaparición de adolescentes en la provincia de Misiones…


viernes, 27 de julio de 2012

El desenlace


   Al llegar, el auto de Hernán se encontraba en el estacionamiento, inmediatamente después hizo el ingreso un móvil policial que trasladaba al comisario Quiroz.  Ferranti descendió del vehículo intempestivamente e irrumpió en la mansión tomando por sorpresa hasta al mismísimo Hernán quien  al verlo comenzó a improvisar una huída rápida.  Ante este intento Luca se ve obligado a retenerlo, lo persigue y lo aferra fuertemente rodeando el cuello con su brazo.
-¿Qué le pasa Ferranti?, preguntaba el recién arribado Quiroz.
-Muchas cosas, comisario.  Para eso lo cité.  Pero ayúdeme con este muchacho y les explico todo.
   Luca tomó un par de esposas que le facilitara Quiroz e inmovilizó a Hernán.  Al escuchar  ruidos, Nidia bajó de su dormitorio asombrando a todos ya que nadie la imaginaba en la casa.  Claudia corrió en pos de su madre, abrazándola y pidiéndole paciencia y tranquilidad. 
Quiroz, impaciente por la situación, pidió a Luca las explicaciones correspondientes.
Luca, imperturbable, inició su relato abstrayéndose de todo cuanto lo rodeaba y continuando con la cadencia y seguridad que parecían haberse potenciado desde el llamado de Yamila:
-Muchas veces la ficción supera a la realidad, no sé si ésta es una de ellas, pero así lo parece. Lástima que en muchos casos, como así también en éste, cueste la vida de personas, varias de ellas inocentes. Y que quien parece culpable no lo sea tanto...
-¿¡Pero tiene que ver con nuestro caso, el de las prosti....?!
-Algo tiene... Pero no me interrumpas, por favor.
-¡ Pero alguien me puede explicar a mí de qué se trata todo esto y por qué Hernán está en esas condiciones, que lo liberen de inmediato ¡ Vociferó  dictatorialmente Nidia!.
-Estimada señora, permítame explicarles, nos va a demandar algo de tiempo.  La libertad de Hernán no depende de mí, por ahora es mejor que su hijo permanezca así.  Quiroz, ¿recuerda aquella red de prostitución que a partir de Mendoza dio la pista sobre otras vinculaciones?
-¿El de la famosa “Turca”?
-¡Exactamente! Y como usted bien sabe también, generalmente, la actividad de la prostitución va asociada a otros “negocios” de los cuales la institución policial, no permanece ajena.  Es más, muchas veces, “es” de algún integrante de la fuerza.  En este caso, comenzamos la investigación a pedido del Juzgado y a medida que nos internamos y avanzamos en ella nos fuimos sorprendiendo con cada descubrimiento. 
-Dr. Ferranti, nos estamos metiendo en situaciones complicadas...
-Sí, pero éste es un caso resuelto y la evidencia se encuentra ya en el Juzgado.  Como le decía, el caso se inició con una situación simple; como era el de las prostitutas y fue derivando a situaciones cada vez más complejas con el transcurso de los acontecimientos.  La prostitución era una pantalla detrás de la cual se escondían los grandes actores de esta historia.  No obstante, les comento que también el ejercicio de la prostitución nos sorprendió porque esta banda había derivado a formas poco usuales e
ingeniosas, tales como realizarla en móviles o de manera ambulatoria con micros que se estacionaban temporalmente en algunos puntos estratégicos durante las noches, rotando las ubicaciones, ya tengo experiencia en este tipo de investigaciones.  Las actividades eran regenteadas por un Comisario, siendo ésta la menos rentable.  Surgieron, para mencionarles algo; nada más: La comercialización y venta de billetes de lotería premiados, el juego clandestino, la venta de droga, el millonario negocio de las horas extras policiales , conocido en el ambiente como POLAD, la utilización de presos para casos ilegales. ¿Hace falta más?
-¿Y para escuchar esto mi hijo tiene que estar en esta situación?
-Desgraciadamente su hijo ha cometido un error que le costará muy caro...
   En ese instante Hernán solo atinó a bajar la cabeza evitando las miradas de su madre y hermana.
-Hernán (continuó relatando Ferranti), había aprendido muy bien del medio  en el que se movía.  Sus negocios iban prosperando aceleradamente,  teniendo en cuenta su edad; había conseguido en tres años lo que a muchos de la fuerza le había costado una vida...  Claro, tanta expansión, en tan poco tiempo, molestó a unos cuantos...    El propio padre se preocupó y le pidió a usted. Comisario Quiroz, que con un par de amenazas, contuviera a Hernán, antes que chocara con otros mafiosos más pesados, y aunque él no lo sabia,  esto fue un secreto a voces entre sus compañeros de la academia.   Lo que Hernán tampoco conocía era que estas presiones fueron digitadas por su propio padre.  Así, actuando intempestiva y aceleradamente como siempre, Hernán decidió que usted debía desaparecer de escena, creyendo  que se terminarían todos sus problemas y logrando que en realidad, sólo comenzaran...  De esta manera, tres de sus inoperantes secuaces cometieron el error de asesinar al Comisario Franchini...
-¡Hernán, esto no puede ser cierto! ¡Por favor, deciles que no es verdad!
El silencio  fue suficiente respuesta…
Claudia había enmudecido, la palabra de Ferranti era toda la evidencia que ella precisaba.
   El comisario lucía sorprendido y preocupado, sospechaba que Ferranti sabía más de lo que decía.  Disimuladamente chequeaba si tenía su 45 lista, por si la precisaba en algún momento...
-Comisario, tiene un detenido a su disposición...
   Quiroz convocó a un agente que se encontraba en el móvil policial;  Hernán comenzó a reaccionar reclamándole a Luca las pruebas que lo incriminaban.  Una vez más, el detective sorprendió a todos llamando a Yamila. Entonces,  le pidió que hiciera evidentes los micrófonos y cámaras ocultos que había en esa habitación. Ella procedió a demostrar lo solicitado ante el asombro de todos ya que nadie había reparado en un micrófono inserto en la base de un cenicero hueco o de una pequeña cámara de televisión del tamaño de un rollo de fotos disimulada en un centro de mesa.  Luca, de esta manera, exponía la forma en que había obtenido información de primera mano. Hernán fue esposado por el agente y trasladado a la comisaría.
   Claudia abrazaba y consolaba a su madre quien había quedado profundamente shockeada por los acontecimientos.  Quiroz se sumó sutilmente al contingente policial que había venido a retirar a Hernán.  Luca
Con un gesto de cierta complicidad le indica a Yamila que se retire ya que luego se dedicaría a trasladar el equipamiento técnico una vez aquietados los ánimos.  Se acercó a Claudia y Nidia para disculparse por la situación... Nidia no quiso escuchar nada más, se sentía superada por lo ocurrido y volvió a su habitación.  Claudia, en cambio esperaba explicaciones más detalladas.  Luca, se anticipó pidiéndole que lo visitara al día siguiente pero ella se negó.  Le habían afectado tantas situaciones de las que no había participado.  Más allá de su relación afectiva, se consideraba partícipe investigadora del caso, sintiéndose defraudada porque Luca le había ocultado toda esa información.  Inmediatamente le exigió las explicaciones del caso.  Ferranti con una actitud casi paternal, cariñosamente le expresó:
-Claudia, si te hubiera participado, tu propia vida podría haber peligrado y nunca hubiéramos llegado a la resolución definitiva.  Sólo habríamos incrementado el grado de dificultades.
   Ella entendió pero todavía continuaba molesta.  Aún tenía muchas preguntas sin respuestas, sin embargo esta vez Ferranti se anticipó:
-Señorita Claudia...
   Ese tono resonó en la habitación y en la mente de Claudia.  Le era conocido... Pero no era el de Luca... ¿dónde lo había escuchado?
Entonces, nuevamente:
-Su rosal rojo de rosauer ha producido el mejor carmesí...
Y ya no hizo falta continuar:
¡Zacarías...! ¡Desgraciado, jamás lo hubiera imaginado...!
-Claudia, como parte del proceso de aprendizaje, para mi mejor alumna; recapacitemos juntos sobre algunas pistas:
-Los recibimientos afectuosos de Fiera.
-El conocimiento detallado de tu casa.
-Las charlas con Yamila
-¿El personaje de la rosa en Mendoza, a quien tu madre estuvo a punto de descubrir, no te resultó familiar a vos también?
Lo que resta nos lo proporcionó la tecnología.  Fueron horas de grabación, de revisar cintas, de escuchar diálogos y observar actitudes.  Te puedo asegurar que enterarme que tu hermano mandó matar por error a su propio padre no me resultó nada agradable.  No supe cómo afrontarías esa situación.  Tampoco tenía la seguridad de estar actuando en forma totalmente objetiva.
-Mi inexperiencia  no me permitió ver estas situaciones. Con respecto a lo demás, ya sabés que no estoy mucho en casa y además, estaba tan preocupada por lo de papá...
-Nueva enseñanza... No hay que preocuparse, hay que “ocuparse”...
-Bueno, reconocé que el caso me involucraba afectivamente...
-Por eso podrías disculparme por haberte mantenido un poco alejada de la información...