No hay mucho para hacer en el poblado, los días
transcurren en soledad y la ansiedad de
Luca comienza a transformase en
angustia. No puede soportar la falta de
novedades, duda sobre la posibilidad de establecer una conexión entre la
estrategia de su búsqueda y la desaparición de Morena. Además, extraña
profundamente a Claudia. Decide, al fin,
que al día siguiente regresará a Buenos Aires.
Se siente fracasado.
Dispuesto a armar su valija, observa que le han pasado un
papel por debajo de la puerta; lo levanta esperanzado. Con esfuerzo logra
descifrar los números garabateados de un celular, llama inmediatamente:
-Hola, me han dejado este número escrito en un papel…
-Sí, ¿usté le anda buscando un bebé…?
Responde abiertamente una voz femenina con claro acento
guaraní.
-Sí, mi esposa y yo…
-Veme en el centro asistencial dentro de una hora,
preguntá por la Estela.
Sin más, la mujer cortó la comunicación.
Luca siente acelerar su corazón, la perspectiva se
modifica de inmediato. Se prepara para
el encuentro, cuenta los minutos. Parte,
esperanzado, hacia el centro asistencial.
Al llegar se hace evidente que lo estaban esperando, ni
siquiera precisa preguntar por Estela. Lo recibe una mujer adulta, de gran
porte, luce desalineada, huele mal. Lo
hace pasar a una pequeña habitación y lo increpa con el mismo acento
lingüístico:
-¿Tené alguna preferencia de edad o sexo…?
-Bueno, no; en realidad preferiríamos un varoncito de poco
tiempo…
-Bueno, eso te va a costar…
-Sí, esta bien, digame cuanto y cuando podríamos
conseguirlo.
-Te va a costar unos diez mil pesos…
-Está bien, es un valor que podemos pagar…
-Bueno, esperame unos días
Luca procura abreviar los tiempos:
-Es que no puedo quedarme, tengo que seguir trabajando…
-Tu bebé no nació todavía, ya le hablamo a la madre y está
dispuesta a entregarlo, yo te llamo cuando tengamos noticia.
Ya había sido suficiente, el hecho de que el bebe no haya
sido dado a luz imponía la espera. Regresó
a la pensión y le pasó las novedades a Claudia.
Le contó que le haría un seguimiento a Estela y que luego volvería. Claudia se mostraba impaciente, insistía en
viajar y acompañarlo. Acordaron que el
regreso hacia Buenos Aires no demoraría más de cuarenta y ocho horas.
Luca monta guardia y espera pacientemente la salida de
Estela, los minutos se hacen horas y, casi al final del día, se produce lo deseado. Ella sale y utiliza una bicicleta para movilizarse,
la tarea se hace difícil porque no es fácil ocultar un auto donde no circula
ninguno.
Luca mantiene la mayor distancia posible, pero en medio de
tanta soledad, no podrá mantener esta situación por mucho tiempo. Al salir del poblado abandona el auto sobre
el costado del camino, lo interna todo lo posible en la vegetación y se dispone a poner a prueba
su estado físico. La sigue alternando un
pequeño trote y una caminata para recuperarse.
Estela recorre unos pocos kilómetros y llega un punto donde deja abandonada la bicicleta, continúa a pie internándose en una zona de
vegetación cerrada.
Al llegar al punto Luca nota un pequeño sendero y puede
visualizar, a la distancia, a su objetivo.
Continúa concentrándose en él pero la poca luz solar que se filtra por los
altos árboles del lugar, lo hacen más difícil.
Comienza a preocuparse, el camino se desdibuja y va perdiendo de vista a
su presa, decide continuar unos pocos metros más. Precisa tener alguna
referencia para poder regresar por eso va dejando marcas de montículos de
tierra y vegetación que acumula con un simple arrastre de su pie. Nota un zigzagueo y un leve crujido de hojas.
Se detiene abruptamente mientras una temida yarará se cruza en su camino.
La distracción le hizo perder el objetivo, no puede
continuar en estas condiciones, regresará al día siguiente con plena luz del
día. Se detiene, respira profundamente y
espera. La claridad es cada vez más
escasa en ese microambiente de sotobosque donde crecen arbustos, cañas,
helechos y plantas herbáceas. Aparece
un animal que parece un perro-lobo, lo evita desplazándose lentamente por un
lateral. Llega al camino, respira
aliviado…
CUANTA TENSIÓN!!!!!!!!!!
ResponderEliminarVamos Luca!!!!!!!!!!!
TE SIGO PEREGRINO!
No me había dado cuenta que estaba conteniendo la respiración hasta que exhalé cuando leí que Luca pudo respirar aliviado... Muy buen capítulo!!!
ResponderEliminarUyyyyy!!! Se pone bien heavy!!! Y además se viene el capítulo de Escarcha???? Madre mía!!! Abrazo!!! ;)
ResponderEliminarEscarcha: Gracias por el aguante!!!! Abrazo
ResponderEliminarAnónima: Me gusta que te guste. Practicá con la respiración porque con el capítulo que viene la vas a perder por largos minutos...
Bee: Sí Bee y te anticipo que el próximo es de lo más duro que he leído de nuestra común amiga... Abrazo
Muy bueno! Vamos por más.
ResponderEliminarMe encantó, espero el próximo capitulo. Muy bueno Osvaldo.
ResponderEliminar"Anónima": Gracias por estar siempre. Iremos por más...
ResponderEliminarMa Isabel: Me alegra que te hayas sumado y espero que te siga gustando.