viernes, 20 de julio de 2012

Cerrando el círculo:


  Gerez, su ayudante de cátedra y colaborador de siempre, le aportó la información que le había solicitado.  Ferranti no podía dejar de sorprenderse con los resultados: los cruces de las comunicaciones telefónicas, las publicaciones periodísticas. Especialmente una ,que recortó y guardo para el momento adecuado; continuaban afirmando su principal hipótesis.  Había llegado la hora de ir a fondo, era necesario contactar a Quiroz y a Hernán.
   Comenzó por el Comisario, no fue fácil obtener la reunión, tuvo que  amenazarlo solapadamente para poder acceder a un nuevo encuentro.  Prefirieron un lugar público: acordaron verse en café Brown.
  Al inicio, Quiroz se mostraba distante y tenía evidentes intenciones de mantenerse a la defensiva, suponía que en la última oportunidad se podría “haber ido de boca”.  De todas formas no era ningún tonto y también había hecho su trabajo para averiguar los puntos sensibles de su adversario.    Tenía un dato, que no pudo confirmar, por eso lo reservaría como último recurso. Si esto fuera verdadero sabía que  la sola mención de un apellido lograría inmovilizar a Ferranti.
   Luca manejó sutil y hábilmente los tiempos.  Como un director dirige a su orquesta, fue deslizándose suavemente desde un “Pianissimo” hacía un “Mezzopiano”, luego aceleraba hasta un “Forte”, iba a fondo y ejecutaba un toque “Fortíssimo” y retomaba nuevamente la calma.  Quiroz estaba habituado a los interrogatorios más duros y violentos, la diferencia consistía en que siempre era él  quien los conducía;  ahora los roles estaban invertidos.
    El instante más tenso se produjo cuando Ferranti refirió tener un informante quien le habría suministrado datos sobre actividades de prostitución regenteadas por el propio Comisario. En otro momento la reacción inmediata de Quiroz hubiera sido, por lo menos, la de abandonar el lugar haciéndose el ofendido.  Sabía que esa estrategia no funcionaría esta vez. Guardaba, celosamente, el dato que podría herir de muerte al interrogador pero no podía utilizarlo hasta tener la confirmación.  Decidió desviar la atención hacia otro tema,  fue entonces cuando intentó sembrar la duda sugiriéndole a Ferranti que, así como lo había investigado a él, hiciera lo propio con Hernán; que al igual que su padre también tenía cosas ocultas y motivos suficientes para esconderse.  Cerró su posición recordándole que el asesinato se había producido con su auto y no con el de Carlos, con lo cual él podría haber sido una posible víctima y no victimario.  Esto no era nada nuevo para Luca que ya  consideraba seriamente la posibilidad de que el crimen hubiera sido producto de un error. Lo que sí comenzaba a tener validez era la aparición de Hernán como conexión común de todos los hechos. 
   Después del segundo café y dos horas de duelo verbal se despidieron tan desafiantemente como la ocasión se los permitió, cada uno continuaría desarrollando su estrategia a su modo y con sus habilidades,.
   Ahora que había jugado la carta del informante debería continuar manteniendo a Yamila alejada y le parecía que lo ideal para ella sería quedarse unos días más en lo de Claudia.  La llamó y le pidió que permaneciera allí durante otro período, también le solicitó que lo tuviera al tanto  de cualquier aparición o contacto de Hernán. Ella se alegró de permanecer en la casa y se sintió útil colaborando en el caso.
    Al escuchar el nombre del interlocutor en boca de Yamila, Claudia  le pidió que le pasara el teléfono.  Al iniciar la  conversación con Luca  no pudo evitar expresarle sus deseos de verlo y su preocupación por la prolongada ausencia de Hernán. Acordaron encontrarse, por la noche, en el departamento; allí charlarían  sobre el avance de las investigaciones. 
La recepción la decepcionó. Desconcertada, comenzó expresando la preocupación por su hermano, Luca  lamentó no tener información sobre su paradero.  Al rato una llamada telefónica interrumpió la aproximación que había comenzado a intentar, era Yamila; había visto entrar a Hernán quien apurado estaba preparando alguna de sus pertenencias.  Había que actuar con rapidez.  Antes de cortar Luca le recomendó que por ningún motivo saliera de su habitación y, luego, le pidió a Claudia que lo llevara rápidamente hasta su domicilio.  La joven preguntó que sucedía, ante la falta de respuesta se limitó a cumplir con lo pedido. En el trayecto Ferranti  se comunicó con Quiroz y le pidió que se dirigiera urgentemente a la casa de los Franchini.  Claudia no entendía nada pero optó por no preguntar.  Lo que notaba era un cambio en la actitud de su acompañante, lucía firmemente resuelto en sus decisiones.  Parecía tener perfectamente claro su objetivo y los pasos a seguir para lograrlo… 

5 comentarios:

  1. Bueno, bueno, bueno, se aproxima el final. Gracias a todos por la participación y acompañamiento a través del blog, Facebook o personalmente. Les cuento que ya empecé a trabajar en la saga que contará con la participación de bloggers selectos (mis preferidos) ¡A prepararse.....!!!!!

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  2. Muy buen capítulo, me gustó la tensión del "pseudo interrogatorio", me los imaginé a Ferranti y a Quiroz con mirada asesina uno a cada lado de la mesa del café tratando de contenerse...

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  3. ¡Gracias "Anónimo"! Veo que estabas al pie del cañón esperando la publicación del capítulo. Abrazo

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  4. La forma en que está narrado este capítulo deja al lector sin aliento, se lo lee de manera "hambrienta".
    excelente la manera de manejar el lenguaje y la velocidad, se crea un clima de misterio que deja a uno con las ganas de mas.
    Se nota que el final está acercándose y la trama en ningún momento perdió vitalidad ni interés.
    FELICITACIONES CHICOS!!!!!!

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  5. Me gustó mucho este capítulo, es intrigante e invita a querer conocer el final ya!

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